Un comedor de lujo
Aunque aun no se abre al público, el Comedor de Aguiar del Hotel Nacional de Cuba ya "calienta" el horno para cuando próximamente, si las condiciones lo permiten, el turismo comience a fluir como necesario reactivo de la deprimida economía insular.
Mientras, ofrece discreto servicio a locales que desean compartir jornadas con la familia, pareja o amigos en las instalaciones del clásico inmueble del Vedado, orgullo nuestro.
La invitación de unos colegas me permitió, coordinación previa con la gerencia, disfrutar de una cena en el mítico restaurante, acaso el más lujoso de entre sus pares del Hotel.
Espacioso y elegante recinto, donde disfruté más de una recepción dentro de los festivales de cine y otros eventos, muestra todo su esplendor, acentuado por el suave piano que una concertista ejecuta.
Quizá solo haya que atenuar un poco las luces, demasiado fuertes y que no contribuyen precisamente a la atmósfera agradable que depara a sus visitantes. Algo que complementa la gentileza y amabilidad de sus dependientes y capitana, pródigos en explicaciones y sugerencias.
Mis amigos, en tanto huéspedes, disponían de un dirigido por 475.00 CUP, consistente en un líquido (ellos se decidieron por sendas copas de un delicioso tinto español, Campo Viejo de la uva Tempranillo), un entrante (prefirieron Cóctel de camarones en salsa rosa), el principal que sí era único (Lonjas de cerdo asado) y flan, como postre. Según probé en algunos casos y ellos testimoniaron, de primera.
A todos se nos sirvió como entradas unos pancitos suaves que con aceite de oliva y vinagre balsámico, en la mesa, siempre nos prepara a una excelente digestión.
Mi elección, a la carta, recayó en Jamón serrano con frutas cubanas 300.00 CUP como entrante , muy bien servido y presentado con esmero artístico (quizá debió llevar, fiel a su nombre, otras que no fueran piña, aunque maridan muy bien), y como fuerte, un Cordero estofado a la hierba buena 375.00 CUP, exquisito en textura y sabor, donde confluían vino y especias varias, guarnecido con arroz blanco y vegetales salteados.
Una experiencia a tomar en cuenta, también la rigurosa aplicación de los protocolos de salud que en estos momentos, cómo sabemos, resulta imprescindible.
En todo, el Comedor de Aguiar del emblemático hotel capitalino, sigue siendo un ejemplar sitio gourmet.